Córdoba

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Circa 1970

Pese a que durante toda su carrera, María Freire transitó períodos en los que se identificó o tuvo afinidad con distintos movimientos y grupos (Concretismo, Grupo de Arte no Figurativo, Madí), experimentando en base a las ideas y propuestas de cada uno, Freire renunció constantemente a limitarse bajo los dogmas o directrices que artistas como Torres García o Roth Rothfuss -solo por nombrar algunos- adoptaron al crear manifiestos y profundizar en la teoría -algunas veces- más que en la producción en sí.
De este modo, tenemos en María Freire una artista que centró su foco en la investigación y creación, sin dejarse limitar por los ya mencionados dogmas o teorías del momento -pese a sí haber experimentado con ellas—.
Pero María no fue totalmente libre. A partir de 1951, año en que se conocieron con José Pedro Costigliolo, sus caminos se unieron y también así lo hizo su producción. En estos años, transitarían juntos un camino paralelo, por no decir un mismo camino, en el que muchas veces es difícil distinguir si una obra es de uno o del otro. Si bien no hay evidencias de que la figura de Costigliolo fuese adoctrinante o limitara a Freire en su proceder, si es sabido, por diferentes entrevistas y testimonios, que María priorizaba el arte de Costi —como ella solía llamarlo— antes que el suyo. Un ejemplo claro y conocido sobre esto es el hecho de haber abandonado la escultura, para no molestar con sus ruidos a su marido, quién escuchaba música clásica mientras pintaba en el taller que compartían.
Por otro lado, no hay duda de que pese a lo mencionado, María también fue de gran influencia para él. De otra manera, es difícil de imaginar una incursión de Costigliolo en la abstracción, como sucedió a principios de los sesenta.
Si bien la pareja no se separaría hasta 1985 -año en el que él fallece-, es a partir de 1963, aproximadamente, que ambos comenzarían a transitar dos caminos distintos, y que así lograrían alcanzar, cada uno por su cuenta, la epítome de sus carreras. Costigliolo por un lado, se enfocaría en su serie de Rectángulos y Cuadrados, a la cual le dedicaría, casi en exclusividad, los últimos 20 años de su carrera.
Freire, por su parte, uniría su atracción por el arte primitivo y las culturas antiguas, con la exqusita ejecución que caracterizó su período geométrico. De esta forma, daría luz a abstracciones en las que crea figuras casi primitivas y orgánicas combinadas con compartimentaciones dadas por franjas de colores, en secuencias aleatorias y creando así una identidad propia y completamente independiente, despojada de cualquier influencia o cooperativismo que se pudiese apreciar en sus obras anteriores…
La serie Córdoba es probablemente el punto más alto de ese proceso de independización que llevó a cabo durante una década, y esta obra un ejemplo claro de la excelencia de la misma.

FICHA TÉCNICA
Autor:
María Freire
Tamaño:
Dimensiones: 26 × 18 cm
Técnica:
Óleo diluído y témpera sobre cartulina
Firma:

Obra original, certificada por la familia del artista.

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